En los últimos años ha tomado fuerza el concepto de Destrucción Creativa, difundido mayormente por el economista austriaco Joseph Schumpeter, y sus implicaciones en las empresas y en las economías nacionales.
Sin embargo, este concepto no es solo aplicable en el espectro material, como cuando renovamos un producto, lanzamos una nueva alternativa al mercado o si intencionalmente dejamos morir una empresa para constituir una nueva y mejor.
Es aún más interesante cuando extrapolamos esta idea a otros aspectos y circunstancia de la vida empresarial, en donde podemos destruir a nivel del pensamiento para poder generar conocimiento mucho más valioso.
Si lo vemos desde la perspectiva de un nuevo emprendedor, o incluso de un empresario experimentado, este proceso mental involucraría el rompimiento de nuestros paradigmas personales para dar paso a nuevas alternativas de pensamiento, de innovación intelectual y personal, que nos permitan desarrollarnos libremente hacia el objetivo que hayamos fijado.
Retomando el caso de un nuevo emprendedor, ¿cuántas veces no hemos limitado nuestro propio potencial por aferrarnos al miedo al fracaso, que muchas veces es heredado de otras personas?
Así como Schumpeter nos habla de la destrucción creativa como el motor para mantener renovados a los mercados, es imperativo que adoptemos esta postura dentro de nuestra forma de pensamiento y lo consideremos un proceso natural del emprendedor que desea mantener sus ideas frescas para marcar nuevas tendencias, en lugar de conformarse con ser un seguidor más en los mercados de hoy.
Después de todo, es el trabajo real que tienen todos los emprendedores… innovar para romper paradigmas, ya que no podemos crear y mejorar sin antes destruir. Esta es una estrategia que ha sido adoptada por algunos proyectos de emprendimiento exitosos, adecuada a sus necesidades, y que les ha permitido innovar en entornos altamente competidos, o incluso percibidos por personas con menos visión como mercados maduros y saturados.
Empresas como Uber, con sus mejoras en la calidad del servicio a tarifas más accesibles para el transporte privado, o Madefire con su experiencia interactiva en la industria de los comics, son buenos ejemplos del impacto positivo que la destrucción creativa del statu quo puede tener para generar un concepto que revolucione los paradigmas del mercado.
No hay que olvidar que la clave es mantener este proceso activo en las organizaciones para evitar la obsolescencia en el mundo dinámico en el que vivimos. Debemos innovar mientras estamos ganando.
“La innovación es lo que mantiene vivas a las empresas exitosas. Si no estás innovando, retrocedes”, Richard Branson.
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